En el municipio de Tequixquiac, Estado de México, un joven de 17 años llamado Iván Torres fue presuntamente asesinado por agentes de la policía mientras conducía una camioneta la madrugada del 28 de octubre.
Según las declaraciones de los oficiales, identificados como Honorio Tezoco Santiago y Víctor “N”, habrían intentado detener al muchacho al percatarse de que transportaba un tinaco, pues creían que llevaba combustible robado. En realidad, de acuerdo con los reclamos de la ciudadanía y sus familiares, era agua.
“Él nunca se detuvo, nos aventó la camioneta y chocó la patrulla”, dijo uno de los policías luego de haber sido retenido por los habitantes junto a su compañero. La multitud, enardecida e indignada por el homicidio, desestimó esa versión, pues aparentemente el vehículo oficial no tenía ningún golpe.
Posteriormente, el agente de la Policía Municipal reconoció que se realizaron varias detonaciones contra el joven, y aunque dijo que “nunca fue con la intención”, las balas acabaron con su vida.
Ambos policías fueron amarrados a un poste y golpeados por un grupo de casi 60 pobladores. Minutos más tarde, fueron detenidos por la Secretaría de Seguridad del Edomex y trasladados a la Agencia del Ministerio Público correspondiente para iniciar las investigaciones por su aparente responsabilidad en el delito de homicidio.
La mañana del 30 de octubre, un contingente de personas se manifestó en las inmediaciones del Palacio Municipal de Tequixquiac para exigir justicia para Iván, así como la renuncia de los mandos de Seguridad Pública y del alcalde Luis Raúl Meneses García.
“Vida con vida se paga. Exigimos tu renuncia”, “Policías asesinos” y “Fuera Ayuntamiento inepto” fueron algunas de las consignas que los protestantes pintaron en la fachada del palacio municipal.
Horas más tarde, poco antes de las 11 de la noche, un grupo de manifestantes se acercó a uno de los ventanales del edificio y, con métodos no identificados aún, provocaron un incendio en la sede del Ayuntamiento.
De acuerdo con medios locales, el equipo del alcalde recibió a un grupo de pobladores para atender la situación y, aparentemente, habría accedido a indemnizar a la familia y brindar acompañamiento psicológico a Rubén Suárez Clemente, quien viajaba junto con Iván cuando fue asesinado por los policías.
