La distancia es insalvable, enorme y sin solución alguna. A cada jornada, a cada partido hay motivos nuevos para evidenciar un divorcio que viene de tiempo atrás y que lo acrecentado el caso Negreira.
El Real Madrid no piensa bajar los brazos, ni piensa parar en esa pelea que tiene contra el Comité Técnico de Árbitros (CTA), al que señal abiertamente de ser cómplices de una situación que, según manejan y afirman en Valdebebas, ha perjudicado a la entidad madridista de manera sistemática en los últimos años.
Los vídeos se han convertido en algo habitual para señalar y recordar antecedentes con algunos de los árbitros que tocan en suerte cada semana. No es con todos. Los dirigentes mantienen que algunos de los árbitros en cuestión se merecen respeto y de ahí la ausencia de los mensajes enviados desde la televisión del club. Esta semana el elegido por el comité ha sido Soto Grado, colegiado con el que viene el distanciamiento desde muy atrás, concretamente con aquella famosa frase de: «Habéis tenido 90 minutos, no me vengáis ahora con el tiempo añadido», comentó ante las protestas de los madridistas en un partido disputado en Valdebebas ante Osasuna.
El colectivo arbitral cree que estos vídeos enrarecen todavía más el ambiente y que solo elevan la tensión de todo lo que sucede alrededor de un partido de fútbol. No entienden ni comparten la actitud de club madridista, como tampoco la de otros que emiten comunicados o se ausentan de las reuniones en las que se podrían dar pasos hacia delante, en busca de un entendimiento que hoy en día parece imposible de lograr.
La visión del Real Madrid
El Real Madrid ha dado un margen de tiempo a la Federación en otro tipo de asuntos hasta que se resuelva la inestabilidad presidencial. Sin embargo, en el asunto arbitral no levanta el pie a acelerador, porque según manejan en cada partido, encuentran situaciones de muy difícil explicación.
Lo cierto es que los vídeos personalizan lo que el Real Madrid siente contra los que mandan en el colectivo arbitral. No lo ocultan y son el presidente Medina Cantalejo y Clos Gomez (VAR) su verdadero objetivo.
Los árbitros se sienten incómodos con los vídeos y aunque intentan mantenerse al margen, confiesan que termina siendo imposible por todas las personas que los rodean y comentan lo dicho desde el club blanco y desde otros, que utilizan las armas que tienen las alcance.