Con la llegada de las Navidades, mucha gente aprovecha para recuperar las películas de Harry Potter. Es una tradición que nadie sabe muy bien cómo ha empezado pero que está ahí, y se suele ver reforzada por la emisión de algunas de las entregas en televisión o incluso de la reposición en salas, como sucede durante este mes en el Cine Doré de Madrid, sede de la Filmoteca Española. Sea como fuere, las películas del joven mago y sus amigos están muy presente en la vida de sus fans, pero parece que no solo en ellos, sino también en la de algunos de los que formaron parte de la saga.
Uno de ellos es Gary Oldman, al que muchos conocerán por haber dado vida a Sirius Black, el padrino de Harry Potter. Oldman entró en la saga basada en las novelas de J.K. Rowling con la tercera entrega, El prisionero de Azkaban, y se convirtió en personaje recurrente durante la cuarta, quinta y octava entrega de la franquicia. Fue en 2004 cuando se estrenó El prisionero de Azkaban, un año que el actor recuerda perfectamente. “A los 42 años me desperté divorciado y con la custodia de mis hijos. Eso, en sí mismo, fue… fue duro porque hubo un cambio en la industria en el que muchas producciones se estaban rodando en, Budapest, Praga, Australia, ya sabes, todos esos lugares. Así que tuve que rechazar muchos trabajos”, explicaba el británico.
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“Gracias a Dios por Harry Potter. Las dos películas, Batman y Harry Potter, realmente me salvaron, porque significaba que podía hacer la menor cantidad de trabajo por la mayor cantidad de dinero y luego estar en casa con los niños”, confesaba Oldman en una reciente entrevista. Oldman tiene dos hijos con Donya Fiorentino, con la que estuvo casado entre 1997 a 2001. Durante el proceso de divorcio, Oldman fue acusado de agresión doméstica. Sin embargo, el juez concedió a Oldman la custodia de sus dos hijos tras desestimar las acusaciones de maltrato de Fiorentino. Acusaciones que resurgieron en 2018, cuando Oldman volvió a entrar en escena tras ganar el Oscar por interpretar a Winston Churchill en El instante más oscuro y su exmujer felicitó irónicamente a la Academia “por honrar a un abusador”. El hijo de ambos, Gulliver, salió en ese momento en defensa de su padre, publicando una carta abierta en la que defendía su inocencia.
El comisario Gordon, su otro gran papel
Además de Sirius Black, Oldman menciona que el papel del Comisario James Gordon en la trilogía de El caballero oscuro fue también crucial. Durante el rodaje de la primera película de Batman de Christopher Nolan, Batman Begins, Oldman voló de su casa de Los Ángeles al plató de Londres para poder seguir criando a sus hijos tras el divorcio. “Cuando hicimos el primer Batman, Londres era el doble de Gotham. Hice 27 viajes de ida y vuelta desde Los Ángeles. Volaba un día. Hacía un rodaje al día. El mérito de Chris Nolan es que cumplió los plazos. Me iba a casa tres días. Volvía por dos. Iba a casa por un fin de semana. Volver por un día… de lo contrario, sentía mis hijos están siendo criados por una niñera”, explicaba el actor.
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Lo cierto es que Oldman siempre ha sido un actor muy camaleónico, y papel que ha cogido papel que ha hecho suyo. Tanto Sirius Black como el comisario Gordon son dos de sus roles más icónicos, y con ambos estuvo varios años. El del inspector de Gotham es un personaje que ha sido interpretado por varios actores -el último de ellos Jeffrey Wright en The Batman-, pero ninguno lo ha hecho como Oldman, quien le dio una serie de matices más trágicos al personaje por tener que cargar con la culpa a partir de la segunda entrega.
