El atestado de los Mossos d’Esquadra sobre la fuga del expresidente catalán Carles Puigdemont implica de forma directa al secretario general de Junts, Jordi Turull, según especifica el documento policial, al que ha tenido acceso esta redacción.
En concreto, el documento policial especifica que un agente identificó «claramente al señor Jordi Turull, vestido con pantalones oscuros, camisa clara, chaqueta oscura y una gorra de color azul oscuro», salir de la comitiva, para justo después ver también «claramente al señor Carlos Puigdemont, que se ponía en la cabeza una gorra igual que la del señor Turull y salía detrás de él».
Fue en ese momento en el que los agentes vieron tres vehículos, y a uno de ellos se subieron tanto Puigdemont como Turull, completa el atestado, que destaca que el público congregado trató en todo momento de que perdieran de vista a ambos políticos. Y al tratar de informar a sus superiores de estos hechos, continúa el atestado, «la actitud de las personas que vigilaban y controlaban del agente cambió de manera repentina, comenzando a increparle cuando trataba de seguir al vehículo» que trasladaba al expresident y al secretario general de Junts.
Sin «acción directa»
Además, el atestado especifica que «en ningún momento, y ante la situación de hostilidad de esas personas», el agente pudo «hacer ninguna acción directa» con el expresidente catalán, por lo que tuvo que limitarse «a realizar las comunicaciones y el seguimiento de los vehículos».
Sin embargo, este agente logró «deshacerse de la gente corriendo por la acera en paralelo» y durante un tiempo pudo permanecer «detrás de los vehículos«, que después perdió de vista al emprender estos su marcha. En cuanto a la identidad de la mujer que conducía el vehículo de color blanco y marca Honda, propiedad de un mosso que ha sido detenido, y en el que huyó el expresident acompañado de Turull, el autor del informe policial reconoció, «sin ninguna duda», a la conductora al mostrársele una fotografía de la misma.
El relato policial destaca, además, que la ANC instaló un escenario delante del Arco del Triunfo con tres carpas «totalmente cerradas que impedían la visión del interior». Y todo el perímetro estaba «rodeado de vallas enlazadas con bridas para evitar que nadie pudiera acceder sacando alguna valla».
