Un «pelotazo y a correr» ha servido toda la vida para resumir una máxima en el mundo del fútbol. Si sufres, te quitas la pelota de encima… y si no consigues elaborar juego, le lanzas la patata caliente al rival. Sencillo de explicar y fácil de ejecutar en la práctica, pero una acción a la que el Real Madrid de Toni Kroos no estaba acostumbrado. Con su marcha, parte del legado que dejó Johan Cruyff cobra aún más sentido. «Jugar al fútbol es muy sencillo, pero jugar al fútbol sencillo es la cosa más difícil del mundo», resumía el extécnico holandés.
Así las cosas, los primeros problemas del nuevo Madrid están saliendo a la luz a las primeras de cambio. Los hombres de Ancelotti, que acaban acudiendo a la sencillez del fútbol, sufren en exceso con la presión alta del rival. «Imanol nos ha pedido presionar arriba porque les está costando salir. En algunas situaciones tenemos que intentar saltar antes«, confesaba Sergio Gómez en el descanso. La presión alta y coordinada de la Real Sociedad ahogaba por completo al Madrid y las dudas se acabaron convirtiendo en pelotazos.
En busca del jugador libre
Eludir los marcajes o encontrar el espacio libre para poder salir con el balón jugado. Esas son algunas de las indicaciones de cualquier entrenador para que la salida de balón cobre sentido. La velocidad con la que lo muevas también se antoja clave para provocar que el rival llegue siempre tarde a la acción defensiva. Con Valverde ejerciendo la función del pivote, la búsqueda de esos espacios quedaba en manos de Arda Güler y Modric. Los movimientos de los tres de arriba también son importantes. Uno que estire al equipo, otro que se deje caer para sorprender y el último tratando con libertad de decisión para dar con la tecla de lo que necesita el equipo.
Ancelotti_ autocrítico: «Probablemente no hemos merecido ganar!
«En cada partido estoy mejor. Cada partido entiendo mejor lo que necesita el equipo, los compañeros y el entrenador», así explica Mbappé su progresión en el equipo blanco. Porque a la marcha de Kroos hay que añadir también la llegada al once del francés, al que todavía hay que seguir analizando para conocer sus movimientos. Y mientras el Madrid sigue buscando su juego, la problemática de no encontrar el jugador libre acabó condenando al equipo en la salida del balón. «No ha sido buena. Ellos han presionado muy bien en campo contrario y no siempre hemos sido capaces de encontrar al jugador libre», confesó Carlo.
«Entendimos que el partido iba a ser difícil y al final ganamos. Sufrimos un poco porque jugamos contra un buen equipo. Tenemos que seguir ganando más partidos para llegar a donde queremos llegar«, terminaba de resumir el crack francés. En la búsqueda de crear nuevos automatismos para la salida de balón, los jugadores blancos tienen que tener la calma necesaria y saber tomar la decisión correcta para romper la presión rival. La movilidad es importante, pero también lo es saber leer lo que propone el rival y contrarrestarlo con movimientos diferentes. Los saltos en la presión son arriesgados si no van acompasados… por lo que cuanta más velocidad se imprima al balón, más fácil es pillar desprotegidos al rival.
