Aterrizó en Barcelona con las ideas claras. Como hombre de club, adaptándose a cualquier tipo de contratiempos a nivel de plantilla, al eterno problema del ‘fair play’. Con la cantera por bandera y buscando dar una vuelta de tuerca al sistema, al dibujo y al estilo para hacer un Barça más competitivo y con capacidad de plantar cara a cualquiera en Europa. Recuperar el terreno perdido y adaptar ese ‘ADN Barça’ a los nuevos tiempos. Misión complicada, sin duda.
Cinco jornadas de Liga han bastado para ver los primeros brotes verdes. Y los primeros síntomas del cambio. Un ‘pressing’ alto, acompasado. En el que la primera línea, la de ataque, marca el salto del resto de compañeros de forma armónica. Y un planteamiento que conlleva riesgos, lógicamente. En muchas fases del juego la defensa tiene que jugar muy adelantada y en caso de que alguna pieza del enagranaje no funcione como debe la exposición general del equipo es mayúscula.
EL ERROR DE RAPHINHA
Más aún con un futbolista menos, claro. El Mónaco, un conjunto eminentemente físico y con capacidad para transiciones vertiginosas con futbolistas potentes y verticales, encontró petróleo. El Barça no se podía permitir ni un pequeño error en salida si no quería sufrir el ‘zafarrancho’ de su rival. Y así fue. Pérdida de Raphinha, el Mónaco lanzó e Iñigo no estuvo bien a la hora de tirar la línea. No dio el paso junto a Cubarsí y eso lo aprovechó Ilenikhena.
Ter Stegen ve como la pelota entra en su portería. Es el segundo del Mónaco / Javi Ferrándiz
El analista de ‘TV3’ y ‘Catalunya Ràdio’ Marc Mayola nos explica cómo ve ese riesgo que toma Flick: «Flick quiere que los centrales reúnan dos características fundamentales: que tengan buen pie y que sean rápidos y poderosos para corregir metros a la espalda. Así eran Alaba y Boateng. Los dos eran creativos con pelota para conectar con los de dentro, pero también, muy importante, que sean capaces de buscar los alejados. Cambios de orientación al extremo opuesto, pase directo a Lewandowski para descargue. A su vez, rápidos y potentes para corregir a la espalda», desgrana Mayola.
Para mí lo que pasó en Mónaco es un error de concepto de Raphinha
«Este es el ideal. En el Barça se topa con dos centrales con buen pie, pero que no son especialmente rápidos para corregir metros a la espalda. Tener centrales con buen pie te ayuda en la dinámica ofensiva en el sentido que puedes empezar a ordenarte con pelota y establecerte bien en campo contrario. Para mí, lo que pasó ayer es un error de concepto de Raphinha. Si no hubiera hecho ese pase tan vertical, seguramente Iñigo hubiera tenido tiempo de dar el paso al frente seguramente y tirar la línea bien y dejar en fuera de juego al delantero del Mónaco. Era muy arriesgado el balón de Raphinha, debes coserte como equipo. Iñigo debía estar cansado y no pudo hacer ese esfuerzo hacia adelante. No pudo reducir metros en dirección al balón».
Ronald Araújo, en la Ciutat Esportiva / @FCBarcelona_cat
«Tema Araujo. Tiene una de las dos cosas que Flick valora mucho de un central, la potencia y la velocidad para corregir y absorner metros a la espalda. En cambio, tiene un pie de madero. Tiene centrales con buen pie como Cubarsí e Iñigo, que no son ni rápidos ni potentes. Y, por otro lado, tiene a Araujo, potentísimo y que no es fino con balón. Por eso quería a Araujo en la plantilla, para tener ese otro perfil. Pero debería crecer con balón. Aquí hay un tema interesante. Los centrales tienen características diferentes, pero no acabas de tener un central al 100% con las capacidades o características que valora Flick».
