García Pimienta y su Sevilla se llevaron un revés morrocotudo de Mendizorroza. No porque el Alavés les aplastara futbolísticamente, sino porque la propuesta y la imagen hispalense no fue ni ‘chicha ni limoná’. Carlos Vicente y Carlos Martín aprovecharon dos errores de la zaga andaluza para dejar los tres puntos en casa, pese al descuento de Lukébakio con un gol de bandera.
La depresión nervionense se agudizó en Mendizorroza tras una primera mitad de diván y ansiolítico. Pudo dar gracias el Sevilla de marcharse al descanso con un 1-0 desfavorable, puesto que la imagen fue paupérrima. Y tampoco es que el Alavés fuera el Milan de Sacchi, sólo un poco de empuje y fortuna bastaron para que Carlos Vicente le doblara las manos a Nyland. Malos tiempos para los porteros.
Stoichkov también batió al noruego, pero los ‘supertacañones’ del VAR desautorizaron al gaditano por fuera de juego en el centro de Carlos Vicente. Ni rastro del Sevilla, sin ideas y con García Pimienta desesperado en el banquillo. El catalán no encontró el plan y la lesión de Isaac Romero tampoco ayudó.
El Glorioso golpea dos veces
La reanudación regaló a un Sevilla algo más ambicioso, pero sin mordiente. Sivera negó el empate a Saúl. Carlos Martín no perdonaría tras un rechace. El joven futbolista cedido por el Atlético de Madrid recicló un balón escupido por el travesaño para hacer el 2-0 y dejar a los andaluces en la lona. Lukébakio firmó un golazo y los andaluces murieron en campo rival. Insuficiente. El proyecto de García Pimienta queda muy tocado, mientras que Luis García sigue obrando milagro tras milagro con el Alavés.