El fútbol es un deporte en el que es difícil triunfar, pero en el que es demasiado fácil convertirse en el ojo del huracán cuando se cometen fallos. Especialmente en el caso de los porteros y los delanteros, los que más errores frecuentan. En los últimos años, una de las historias más destacadas en este sentido ha sido la de este futbolista que propició un fallo garrafal desde los 11 metros y que temporadas después fue el héroe de su equipo en una final europea: Ademola Lookman.
El jugador, formado en la cantera del Charlton Celtic y en varias categorías inferiores de la selección inglesa, ha sido uno de los jugadores más castigados por las críticas tras su paso por la Premier League. A pesar de tener múltiples ocasiones para mostrar todo su potencial, parece ser que el destino no ha querido que brillase en el país inglés. Tras su paso por equipos como Everton, Fulham o Leicester City, ha tenido que ser lejos de allí, en Italia, donde ha dado un paso al frente con goles de gran relevancia para su club, que consiguió su primer título europeo gracias a él.
Marcado por una ‘Panenka’ fallida y un descenso
La carrera de Lookman siempre estará marcada por un estrepitoso fallo desde los 11 metros. En su paso por el Fulham, afrontaba una situación delicada: el club de la Premier se jugaba perder la categoría, por lo que cada punto dese el principio era vital.
En la jornada ocho de aquella temporada 2020-2021, el Fulham tuvo un penalti a favor contra el West Ham en el descuento de la segunda parte. Prácticamente la última jugada para empatar. Así, Lookman tomó la responsabilidad de la pena máxima, sin saber que se convertiría en uno de los momentos más ridículos de esa temporada del fútbol inglés: lanzó a lo Panenka y el portero no se movió, deteniendo el balón con facilidad. La cara de Lookman lo dijo todo.
98th min penalty to equalise, Ademola Lookman does this…
🤣🤣🤣🤣🤣 pic.twitter.com/mNPmfCJ8Ik— The MVP Podcast (@The_MVPPodcast) November 8, 2020
Tocó fondo y ahora es estrella de su equipo
Tras esos malos momentos de su carrera, pasó por varias cesiones, tanto en Alemania como en Inglaterra, sin funcionar en ninguna de ellas. A pesar de su rendimiento, un equipo le dio esperanzas y se hizo con sus servicios: la Atalanta de Bérgamo. Allí, contra todo lo que se decía de él, consiguió acomodarse para empezar a sacar todo su potencial.
Tras un año de adaptación en un nuevo país, el atacante seleccionable por Nigeria dio un paso al frente y empezó a crecer y mostrar su desequilibrio y desborde. De esa forma, llevó a los de Bérgamo a ganar su primer trofeo continental tras una exhibición en la final, donde marcó tres goles y dejó al Bayer Leverkusen, que no había perdido un partido esa temporada, sin título y sin aumentar su récord de imbatibilidad.
Ahora, tras esa pasada campaña y ese recital en la final de Europa League, es uno de los 30 nominados al Balón de Oro, el máximo premio individual como futbolista profesional. Una historia de trabajo, de superación y, sobre todo, de no rendirse ante los problemas. Ese espíritu fue el que Ademola Lookman siguió en todo momento.
