La Real Sociedad no pasa por su mejor momento. Ya terminó el curso pasado con dudas, y este año está pecando de los mismos problemas que lleva arrastrando años: la falta de gol. Los delanteros que se han venido fichando no están dando el nivel esperado y la gran temporada pasada de Kubo se ha ido diluyendo. A eso hay que sumar los problemas físicos que arrastran varios jugadores importantes.
Una de las esperanzas arriba, junto a Oyarzabal, que tampoco ha empezado el año boyante precisamente, es Sheraldo Becker, que llegó en el pasado mercado de invierno para darle un plus a la Real en ataque. Su velocidad y habilidad está ayudando al equipo, pero tampoco está siendo diferencial. Sin embargo, donde parece que sí se está haciendo de notar es en la noche donostiarra.
Y es que el atacante surinamés, una vez el equipo volvió de tierras pucelanas con un punto más en su casillero, decidió salir de fiesta a una discoteca de la ciudad donostiarra. El equipo txuri urdin anda dos puestos por encima del descenso, con cinco puntos y tan solo una victoria. La situación no es la más propicia, y menos si la lías en la discoteca, como parece que hizo Becker, según un vídeo de un aficionado de la Real que colgó en redes sociales.
Becker pide disculpas
El delantero nacido en Países Bajos ha tenido que pedir perdón al club y a la afición txuri urdin tras los altercados en el exterior de una discoteca de la capital guipuzcoana.
El jugador ha publicado un mensaje en las redes sociales después de que se haya hecho público un vídeo en le que se le observa en medio de una discusión en actitud agresiva, mientras varias personas tratan de apaciguarlo.
Becker ha explicado que estaba con su mujer y familiares y «salió en su defensa en un desagradable incidente», tras lo que afirma que no está orgulloso de la imagen ofrecida.
«Os pido disculpas y os he fallado», asume el jugador, quien afirma que acatará «cualquier acción por parte del club».
«En estos momentos me siento en deuda con todos, presidente, dirección, entrenador y compañeros», indica el extremo, quien promete trabajar «más duro si cabe para lograr los objetivos». «Lo siento», finaliza Becker.
