Aunque tener una segunda, tercera o incluso más viviendas pueda parecer una ventaja (y de hecho, generalmente puede serlo), también acarrea una serie de responsabilidades a las que los propietarios deben prestar especial atención. ¿Qué pasa si no lo hacen? Pues que Hacienda entrará en juego y pueden llevarse sanciones bastante severas.
Y es que tener una vivienda, sea la segunda, la tercera o sea cual sea, implica varias responsabilidades que el propietario debe tener en cuenta. Tales como pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) o incluirla en el Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas, más conocido por su abreviatura, IRPF. Pero esas no son las únicas condiciones.
Hay ciertas condiciones que te obligan a declarar una segunda vivienda. Por un lado, obviamente, si la alquilas. En este caso, los ingresos deben declararse como rendimientos de capital inmobiliario dentro del IRPF. Si no la alquilas e incluso no es tu residencia habitual, también estás obligado a declararla. Es por ello que si es una vivienda vacía durante la mayor parte del año, debes declararla igual.
Si no lo haces, te puedes llevar multas de distinta índole, según la cirscustancia del caso. Si la infracción es leve (la base de la sanción no supera los 3.000 euros y no ha habido ocultación), la sanción será del 50% de la cantidad no declarada. Si es grave y supera los 3.000 euros, la multa será de entre el 50 y el 100% de la cantidad no declarada. Y por último, si es muy grave, las sanciones pueden ascender hasta el 150% de la cantidad defraudada.
