El Palacio de los Deportes de Murcia respiró un gran ambiente de baloncesto / Marc Del Río
Escribo estas líneas desde la tribuna de prensa del Palacio de los Deportes de Murcia, mi redacción este último fin de semana. Lo hago, teniendo delante la protocolaria sesión de fotos del equipo campeón de la Supercopa, donde el verde de Unicaja inunda la pista.
Veo a Ibon Navarro pletórico, con el trofeo entre sus brazos, y sin la voluntad de querer soltarlo. Solo él sabe lo que le ha costado devolver al conjunto malagueño al lugar que merece en el baloncesto español. La Copa del Rey marcó el camino en 2023. La campaña pasada acabaron primeros la temporada regular en la ACB, ganaron la Champions y este curso no arranca nada mal, teniendo en cuenta que hace siete días mal contados levantaron en Singapur la FIBA Intercontinental.
Su plan también incluía acabar con la hegemonía del Real Madrid con el torneo, que no pudieron sumar por séptima ocasión consecutiva. La baja a última hora de Mario Hezonja desnudó todavía más una plantilla corta, en la que Facundo Campazzo no puede hacer magia todos los días, y que se reforzará para encarar con mayor fondo de armario la exigente campaña que arranca este próximo finde.
Por su parte, el Barça vuelve de Murcia de vacío, como en los últimos nueve años, con una derrota en el primer clásico de la temporada que dejó brotes verdes del potencial con el que cuenta Joan Peñarroya. El técnico azulgrana ya pudo saborear en primera persona que supone tirar 18 tiros libres menos que el Real Madrid. Veremos cuanto le dura esa voluntad de no querer cabrearse.
Imposible no mencionar en estas líneas a la cálida afición de UCAM Murcia, y el ambiente que generaron para semifinales. El premio de un título les llegará más pronto que tarde, porque la faena de Sito Alonso, prácticamente hijo predilecto de la ciudad, es sensacional, y porque ese grupo todavía no ha alcanzado sus límites.
Cuando levanto la vista de las teclas, veo que ya está prácticamente todo desmontado. Ha dado tiempo al postureo habitual en estas citas y que no hay que desaprovechar. Es curiosa la imagen, de que este torneo llega a su fin para que la Liga Endesa de comienzo, y arranque ya sí, la temporada de baloncesto. Los periodistas decimos cada año que se viene por delante la campaña más igualada de la historia. Confíen en esta ocasión en la palabra de este humilde articulista: se vienen emociones fuertes en una ACB que cierra una nueva competición con una organización a la altura del torneo.
Falta en ataque
La última Supercopa de Jordi Robirosa
Ha sido especial vivir la Supercopa al lado del gran Jordi Robirosa. Una de las personas más icónicas del baloncesto en Catalunya se jubila esta temporada, y pese a que no pudo explicar la victoria del Barça, ha seguido al pie del cañón el devenir del conjunto azulgrana en la competición. Somos muchos los que hemos crecido viendo sus narraciones en Televisió de Catalunya, y da hasta cierta impresión compartir tantas sesiones de baloncesto con alguien al que tantas y tantas veces hemos visto a través de la pantalla. La FCBQ le hizo un homenaje ‘apostoflant’ en la última Lliga Catalana. Bona jubilació, Robi.
¿Garuba pudo jugar en el Barça?
Tras disputar apenas cuatro segundos en el clásico de la Supercopa, Usman Garuba salió de titular en la gran final ante Unicaja, y si bien es cierto que sumó seis puntos y cinco rebotes en algo más de 16 minutos, no sirvieron para ayudar a los suyos a ganar el primer título del curso. Un Garuba que ha regresado al Real Madrid, pero cuyo entorno tanteó la posibilidad de regresar a España a través del Barça. Hubo contactos para su llegada, pero las altas pretensiones del jugador hicieron que la operación se desestimase.
