De acuerdo con un comunicado de la Embajada de Australia en Colombia, ambos países son reconocidos por su rica biodiversidad y patrimonio cultural indígena.
A pesar de la distancia, ambas naciones comparten ecosistemas, como los bosques tropicales, desiertos, manglares, pastos marinos, playas y arrecifes coralinos, así como una cantidad increíble de especies endémicas que enriquecen sus ecosistemas. De hecho, Australia y Colombia están en la lista de los diez países megadiversos.
En ese sentido, la embajadora de Australia en Colombia, Anna Chrisp señaló que la conexión entre la Gran Barrera de Coral del país oceánico y la Reserva de la Biosfera Seaflower del territorio nacional es un ejemplo perfecto de cómo ecosistemas aparentemente distantes están interconectados y de cómo la cooperación internacional puede ser un pilar para la conservación marina global.
Añadió que la COP16, será el espacio propicio para poner sobre la mesa la necesidad de acelerar la protección de estos ecosistemas tan importantes.
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De acuerdo con la embajada, la Gran Barrera de Coral en Australia y la Reserva de la Biosfera Seaflower en San Andrés, Colombia, representan dos de los ecosistemas marinos más valiosos y biodiversos del planeta. Aunque estén separados por muchos kilómetros y se encuentren en diferentes océanos, estos dos sitios comparten desafíos que dejan ver la importancia de la colaboración internacional en la conservación marina.
Agregaron que ambas áreas, la Gran Barrera de Coral y la Reserva de la Biosfera Seaflower, son reconocidas por su diversidad biológica y son fundamentales para la economía local, dependiendo en gran medida del turismo, la pesca y otras actividades relacionadas con el mar.
La Gran Barrera de Coral alberga miles de especies de vida marina y es crucial para la salud ecológica global, mientras que la Reserva de la Biosfera Seaflower es vital para la protección de los ecosistemas de arrecifes de coral del Caribe, proporcionando un hábitat propicio para numerosas especies marinas y aves migratorias.
A lo anterior la embajadora agregó que: “Existen desafíos comunes como el cambio climático, la sobrepesca y la presión turística sobre estos frágiles ecosistemas. Tanto Australia como Colombia compartimos el deseo por cuidar estos espacios y estoy convencida de que podemos aprender a conservar y proteger estos ecosistemas apoyándonos en la experiencia histórica de las comunidades raizales en Colombia y los Rangers en Australia”.
De igual manera comentaron que ambas regiones tienen la oportunidad de emprender esfuerzos conjuntos de investigación que permitan optimizar las metodologías aplicadas en la preservación y rehabilitación de arrecifes coralinos. Mediante alianzas estratégicas orientadas al desarrollo e implementación de herramientas tecnológicas innovadoras para el monitoreo continuo, así como el diseño de planes de manejo adaptativo, es posible potenciar las iniciativas de conservación y brindar soluciones integrales que resguarden la biodiversidad marina a la vez que favorezcan el bienestar de las poblaciones ribereñas.
“La conexión entre la Gran Barrera de Coral y la Reserva de la Biosfera Seafloweres un ejemplo perfecto de cómo ecosistemas aparentemente distantes están interconectados y de cómo la cooperación internacional puede ser un pilar para la conservación marina global. La COP 16, sin duda alguna, será el espacio propicio para poner sobre la mesa la necesidad de acelerar la protección de estos ecosistemas tan importantes”, comentó la embajadora.
Para cuidar esta diversidad, la embajada comentó que Australia tiene un programa llamado rangers indígenas el cual consideran crucial para la gestión ambiental y cultural de la nación, “conectando a las comunidades aborígenes y de las Islas del Estrecho de Torres con la preservación de sus territorios ancestrales”. Este programa respalda a 128 equipos de guardianes a través de 80 organizaciones, proporcionando trabajo a cerca de 2.000 personas.
El gobierno australiano ha lanzado una estrategia para fomentar el sector de los rangers indígenas, comprometiéndose a duplicar su número de 1,900 a 3,800 para 2030. Esta iniciativa incluye una inversión de 1.3 billones de dólares australianos (aproximadamente 3,335 millones de pesos colombianos) en siete años para fortalecer y expandir el programa.
En junio de 2024, el gobierno de Colombia aprobó un decreto para crear la Autoridad Ambiental Indígena, cuya misión es la conservación de espacios naturales, similar a la iniciativa de los rangers en Australia.
