Atlético de Madrid – Real Madrid
Atlético y Madrid saltaron al terreno de juego sin haber perdido un partido en la presente Liga. El Metropolitano estaba a rebosar, el himno sonó con tanta pasión como lo hacía en el viejo Vicente Calderón y el mosaico previo al partido fue espectacular.
El derbi tenía todos los ingredientes para que se diera un gran encuentro. Además, el guion quiso que la primera falta la recibiera Vinicius. La encajó sin protestar. Tampoco se quejó de la segunda ni de la tercera. En fin, que fue una primera parte aburrida, con muy poco fútbol y escasas ocasiones. O sea, nada destacable.
En el segundo periodo todo cambió, pero no fue precisamente por el fútbol. Los atléticos salieron a por todas, pero muy pronto los de Ancelotti superaron esa presión inicial. Tanto es así, que tras una nueva falta cometida sobre Vinicius llegó el gol de Militao. Fue marcar y saltó el escándalo.
A Courtais le lanzaron un par de mecheros, una bolsa de plástico llena y otros objetos y el árbitro actuó con contundencia. Paro el partido y aplicó el nuevo protocolo de La Liga. Diez minutos en el vestuario y amenaza de suspender el partido si se repetía el lanzamiento de objetos. Sorprendente decisión, pero necesaria y ejemplar.
Estuvo valiente el colegiado mallorquín, Mateo Busquets Ferrer. Ejemplar también fue la actitud de los futbolistas Coke y Jorge Resurrección y el entrenador, Diego Simeone intentando apaciguar a los seguidores más radicales. Es inadmisible este tipo de comportamiento como inadmisible es que algunos de estos aficionados acudan a la grada con la cara tapada.
En fin, que el parón parecía iba a beneficiar a los blancos, pero no fue así. Un gol de Correa en el minuto 96 dio el empate a los de Simeone. Un triste empate en un bochornoso derbi que deja a los dos equipos invictos y que beneficia al Barça. El Madrid se queda a tres puntos y el Atlético a cinco.
