A 45 minutos de Guayaquil, en el recinto Guachapelí, en Samborondón, se registró un ataque armado durante la organización de una riña de gallos donde siete personas, sin antecedentes penales, fueron asesinadas. La nueva masacre sucedió el 29 de septiembre alrededor de las 19h00, según los registros del Servicio de Emergencias ECU 911.
Según información recogida por Expreso, sujetos armados irrumpieron en el lugar y abrieron fuego, causando pánico entre los asistentes. La Fiscalía anunció que investigará de oficio el ataque. Aparte de las siete muertes confirmadas, varios heridos fueron trasladados a centros médicos locales, de acuerdo con El Universo. Las unidades de Criminalística y Dinased se desplazaron al lugar para recoger indicios balísticos, levantar los cadáveres y tomar versiones de los testigos.
Algunos testigos que hablaron con los medios ecuatorianos señalaron que a las 18:30 del mismo día, un grupo de personas se encontraba apostando en peleas de gallos cuando sujetos en motos atravesaron puentes peatonales y abrieron fuego indiscriminadamente. Diario Extra reportó que “según la Policía, los agresores, mientras repetían el nombre de una persona que ya se había retirado, despojaron de sus pertenencias a las víctimas”.
En redes sociales se difundieron videos donde se observan los cuerpos de las víctimas tendidos en el lugar. De acuerdo con la prensa local, parientes de algunas víctimas retiraron algunos cuerpos antes de que la Policía pudiera realizar los procedimientos legales correspondientes, lo que obligó a los agentes a recuperarlos en los domicilios para llevarlos a la morgue.
En 2023, Ecuador se posicionó como el país con la mayor tasa de homicidios per cápita en América Latina, registrando 47,2 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Este alarmante incremento representa un crecimiento exponencial respecto a 2016, cuando la tasa era ocho veces menor. El notable deterioro en la seguridad del país está estrechamente ligado a la creciente actividad de grupos criminales organizados, que han consolidado su poder principalmente en torno al narcotráfico. Estos grupos no solo controlan rutas de tráfico de drogas, sino que también han diversificado sus actividades hacia otros negocios ilícitos, como la extracción ilegal de minerales, lo que ha intensificado los niveles de violencia en diversas regiones del país.
Samborondón es un cantón ubicado en la provincia del Guayas, separado de Guayaquil por apenas un puente. Esta municipalidad ha sido reconocida por su rápido crecimiento urbanístico y económico. Esta es una de las zonas más exclusivas y prósperas del país. A lo largo de los últimos años, Samborondón se ha transformado en un polo de desarrollo residencial y comercial, con áreas de lujo, grandes centros comerciales, y modernos complejos residenciales para la clase media y alta de Guayaquil. El cantón cuenta con una rica historia y tradiciones y en sus zonas rurales aún persisten comunidades dedicadas a la agricultura y la ganadería.
Sin embargo, en los últimos años, Samborondón ha sido escenario de varios allanamientos relacionados con criminales de alto perfil y casos de corrupción de cuello blanco. Las autoridades han llevado a cabo operativos en lujosas propiedades dentro de estas urbanizaciones, donde se han encontrado vínculos con redes de narcotráfico y lavado de dinero.
La provincia costera de Guayas, con su capital en Guayaquil, ha sido señalada como la región con mayor percepción de inseguridad en el mundo, de acuerdo con el Informe Global de Seguridad 2024 de Gallup. La situación es tan alarmante que solo el 11% de los residentes de esta provincia ecuatoriana se sienten seguros caminando solos por la noche, una cifra que coloca a Guayas por encima de todos en lo referente a la percepción de inseguridad, “excluyendo zonas de conflicto bélico activo, los habitantes de Guayas sienten menos seguridad que en cualquier otra parte del planeta”, aclara el informe de la consultora.
Ecuador vive escenarios de violencia sin precedente que se han incrementado en los últimos años. El estudio de Gallup indica que el panorama ha cambiado drásticamente desde la pandemia de COVID-19. El informe detalla que Ecuador “ha caído en una profunda crisis de seguridad”, con un aumento de la violencia de pandillas y homicidios.
