domingo, mayo 19, 2024
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Juzgan al hacker más buscado de Europa: con 27 años chantajeó a 33.000 víctimas robando datos de sesiones de psicoterapia

Actualizado

Cada vez se habla más de salud mental y los psicólogos almacenan informaicón personal sobre traumas, secretos, miedos inconfesables. Julius Kivimäki, un ciberdelincuente finlandés de 20 años ya conocido por las autoridades, decidió apoderarse de estos datos para chantajear a 33.000 pacientes de Vastaamo, un centro privado finlandés especializado en asistencia psicológica.

Para llevar a cabo su extorsión, envió un correo electrónico a las víctimas en el que, a cambio de no divulgar las sesiones de psicólogo online, exigía el pago de una suma de dinero en 24 horas. Esto ha dado lugar al mayor juicio contra un ciberdelincuente, que terminó con su condena a seis años y tres meses.

Uno de los abogados que representaba a algunas de las víctimas confesó a la BBC que en algunos casos eran en realidad familiares de personas que, tras ser contactadas por el correo electrónico de Kivimäki y enterarse de que sus datos habían sido filtrados en línea, se quitaron la vida.

Según las pruebas recabadas por los investigadores, entre 2018 y 2019 Kivimäki realizó un primer intento chantajeando a la dirección de Vastaamo, que se negó a pagar la suma solicitada para evitar la publicación de datos sanitarios online. Por este motivo, el ciberdelincuente decidió dirigirse directamente a los pacientes y les exigió una cantidad que rondaba los 200 euros. Esta cantidad se incrementaba a 500 euros si la víctima no la abonaba en el plazo de 24 horas inicialmente impuesto.

Pero todos los detalles de las sesiones de psicoterapia ya habían sido publicados en un foro de la Dark Web por un tal ransom_man, es decir, el propio Kivimäki. Los investigadores pasaron casi dos años tras su pista, llegando a emitir una alerta europea y convirtiéndolo en uno de los delincuentes más buscados del continente, con más de 200 agentes implicados en el caso.

A medida que aumentaba la frustración ante la imposibilidad de localizarlo, se dio con él casi por accidente en febrero, cuando la policía de París acudió a su piso tras recibir una llamada ficticia por disturbios domésticos. Así descubrieron que Kivimäki poseía documentos de identidad falsos. Tras su oportuna extradición a Finlandia, comenzó el maxi juicio, que sentará precedente para futuros casos de ciberdelincuencia. Lo que más escandalizó a sus conciudadanos fue la actitud de Kivimäki una vez que fue llamado al estrado para responder a los cargos. De hecho, inmediatamente se mostró frío, animado por una tranquila indiferencia hacia las víctimas y la gravedad de lo que se había cometido.

Los jueces dictaron sentencia declarándolo culpable de todos los cargos. Según el tribunal, Kivimäki es culpable de más de 30.000 delitos, tantos como víctimas. Se le acusó de violación de datos, tentativa de chantaje, difusión de información perjudicial para la intimidad, 20.745 tentativas de chantaje y 20 chantajes consumados. Todo ello con agravantes. La pena impuesta por el Tribunal es de seis años y tres meses de prisión, aunque se teme que sólo cumpla la mitad, dadas las limitaciones del sistema judicial finlandés.

Por el momento, todas las víctimas, aparte de su indignación por considerar la condena demasiado baja en comparación con el daño causado, están a la espera de saber si se les concederá una indemnización. Además, Vastaamo ha sido encarcelado y el fundador de la clínica condenado por no proteger la intimidad de sus pacientes. Sin embargo, varios puntos siguen sin estar claros en este asunto, como cuánto ganó supuestamente Kivimäki con las diversas extorsiones realizadas con éxito, ya que él mismo declaró a la policía que no recordaba los detalles de cómo lo hacía.

Julius Kivimäki, nacido en 1997, ya tiene una larga carrera como ciberdelincuente a sus espaldas. Bajo el nombre de guerra de Zeekill, empezó a piratear cuando era adolescente, y alardeaba sin reparos de las extorsiones que practicaba. Tras realizar decenas de ciberataques de gran repercusión, recibió su primera condena cuando sólo tenía 17 años y fue acusado de más de 50.000 delitos.

Sin embargo, por paradójico que pueda parecer dada su alta peligrosidad, nunca antes había sido encarcelado: la condena ha indignado a bastantes personas activas en el mundo de la seguridad informática, suscitando varias polémicas sobre la excesiva indulgencia de la ley finlandesa con los ciberdelincuentes. Todo el asunto parece aún más absurdo si tenemos en cuenta que, poco antes del pronunciamiento del juez, Kivimäki y Lizard Squad desconectaron las plataformas de juego Playstation Network y Xbox Live, causando enormes molestias a miles de jugadores.

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